Tal vez, nunca has escuchado el término del adultocentralismo, pero durante mucho tiempo los argumentos de los niños, niñas y adolescentes han tenido menos valor por el simple hecho de ser jóvenes; y que el razonamiento y forma de pensar de un adulto es superior al de ellos. Es por ello, que hoy queremos recomendarte unos consejos para evitar estas prácticas y empoderar a nuestros niños.
Frases como “cuando seas mayor tendrás oportunidad de comentar sobre este tema” o “eres demasiado joven para comprenderlo” son claros ejemplos del uso del poder de los adultos sobre los menores. Y nuestra labor como docentes y padres de familia es cambiar ese discurso y mentalidad, para que los niños se sientan más incluidos en las conversaciones y más valorados por sus opiniones.

Consejos para evitar el adultocentralismo
En primer lugar, debemos evitar la jerarquía de poder, los argumentos dados por los menores deben de tener el mismo valor que el dado por un mayor. Así ayudamos en su confianza y empoderamiento desde temprana edad, y formamos personas seguras y capaces de brindar su opinión cuando sea necesario.
Además, debemos tratar de cambiar nuestro discurso sobre ciertas expresiones; en vez de decir “eres muy joven para comprenderlo” intentar explicarle el contexto sobre esa situación, de una manera clara y sencilla, y con conexiones a situaciones que ellos conozcan.
En tercer lugar, podemos guiar a través del diálogo y la escucha. Marcar los límites necesarios para que infantes y adultos tengan claro su rol no se contrapone con escuchar el punto de vista de los más jóvenes, y contextualizarlo dentro de un proceso empático de aprendizaje.
Y finalmente, considerar que aun si el rol principal del adulto es enseñar, esto no quiere decir que las infancias sean totalmente incapaces de hacerlo a su vez. Toda relación didáctica es bilateral, y la experiencia educativa que esta produce mejora enormemente cuando se gestiona como un camino de dos vías.
Escrito por Apprendia