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El uso indiscriminado de las redes sociales puede tener severas repercusiones en los jóvenes, conoce algunos consejos para prevenirlos.

Las redes sociales han revolucionado la forma de comunicarnos a lo largo de los años, y en el mundo educativo nos han ayudado desde conectar con el compañero de aula, hasta seguir las noticias de los centros educativos. Los beneficios son muchos, pero lamentablemente los defectos de las redes sociales nos hacen pensar en el impacto qué pueden causar en los niños y jóvenes.

Hace un tiempo se publicó un documental titulado “El dilema de las redes sociales“ donde exponen las verdaderas intenciones detrás de las redes sociales y la dependencia y otros problemas relacionados con el bienestar que estas pueden causar.

Lo primero que hay que entender es que las redes sociales estas diseñadas para mantener cautivos a sus usuarios, ya que luchan por la atención de estos, y su diseño, sus botones y sus notificaciones están hechas específicamente para que siempre se encuentre algo más interesante que ver. Y así, seguir observando publicidad, qué es lo que sostiene el negocio de las redes sociales.

Esto afecta de manera negativa a todas las personas que las utilizan, especialmente niños y jóvenes que aún no están en completa conciencia de su uso. Problemas como déficit de atención, dependencia y ansiedad ya han sido evaluados por institutos como la Asociación Médica Americana. Dándonos resultados que merecen nuestra atención para el cuidado y salud mental de nuestros menores.

Pero, ¿qué podemos hacer al respecto?

El primer paso es tomar conciencia de la situación. Llevar un control de tiempo de utilización en las redes sociales servirán como un primer indicador para saber a lo que uno se está enfrentando. En la actualidad existen distintas aplicaciones o los propios sistemas operativos de celulares cuentan con sistemas que miden el tiempo de uso de cada una de las aplicaciones.

Teniendo un control de esto, se puede tomar acción si es que existiera un uso irracional de las redes sociales. Una de las formas más simples es bloqueando las aplicaciones pasado el tiempo que se determine. Eso sí, esto sólo servirá si los niños y jóvenes están al tanto de la situación, entienden la razón de la medida y se proponen actividades alternas en las que puedan invertir su tiempo, para no causar frustración en ellos. Otras medidas que pueden ayudar son silenciando las notificaciones, así se evitan las distracciones y dependencia a los dispositivos móviles o también establecer horarios para su uso, que pueda significar una recompensa frente a otras tareas.

Escrito por Apprendia

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